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Febrero 2025   Edición nº: 32


Clara Campoamor

Carlos Morales | Barcelona | 12.03.2022 | 18:20 hrs. 

Análisis astrológico:

Clara Campoamor

Clara Campoamor, Compoamor

Clara Campoamor nació en Madrid el 12 de febrero de 1888, a las 10 hrs. de la mañana. Fue una de las principales impulsoras del derecho al voto de la mujer en España, que se incluyó en la Constitución de la Segunda República en 1931. Gracias a ello, en las elecciones de 1933, pudieron votar por primera vez todas las mujeres con mayoría de edad. Sin embargo, paradójicamente, en las elecciones en las que las mujeres estrenaron su derecho al voto, la candidatura de Campoamor no obtuvo el respaldo suficiente y no consiguió escaño alguno. Ironías de la vida. A pesar de este fracaso personal, su lucha contribuyó a la apertura de nuevas oportunidades para las mujeres en la sociedad española. Su valentía y dedicación la posicionaron como una figura clave en la historia política del país. A lo largo de su vida, continuó defendiendo la igualdad de derechos y el avance de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad.


Campoamor estudió Derecho en la Universidad Central de Madrid y comenzó a ejercer como abogada. En la década de 1920, se unió a la lucha feminista y abogó por reformas legales que mejoraran la situación de las mujeres en la sociedad. Su trabajo culminó en 1931 con la aprobación del sufragio femenino en España, una victoria significativa para el movimiento de derechos de las mujeres.


Durante los debates sobre el sufragio en la Segunda República, Campoamor defendió fervientemente el derecho de las mujeres a votar, enfrentándose a la oposición de sectores católicos y conservadores, así como de algunos miembros de su propio partido. Sin embargo, sus argumentos convincentes y su oratoria elocuente fueron cruciales para lograr la aprobación del sufragio femenino, que quedaría incluido por primera vez en la historia de España en la Constitución de 1931.


Sin embargo, su postura le valió críticas y la enemistad de algunos detractores, ya que se consideró que su énfasis en el voto femenino podría haber contribuido a la victoria de los partidos conservadores en las elecciones de 1933. A pesar de las dificultades y la inestabilidad política de la época, Campoamor continuó abogando por la igualdad de género y defendiendo los derechos de las mujeres.


Tras la debacle de la Segunda República y antes del fin de la Guerra Civil española, Campoamor se exilió a Argentina, donde continuó promoviendo los derechos de las mujeres y participando en actividades políticas y sociales. A lo largo de su vida, dejó un inconmensurable legado como pionera en la lucha por la igualdad de género y el reconocimiento de los derechos de las mujeres en España y más allá. Su influencia se ha mantenido a lo largo de los años como un ejemplo de valentía y determinación en la búsqueda de la equidad de género y la justicia social.

Clara Campoamor, Campoamor

Si observamos su gráfico natal, tenía una destacada figura de aspectos cuadrangular en forma de cometa, que involucraba a los planetas Venus, Júpiter, Urano y Plutón. Dicha figura estaba constituida por dos semicuadraturas, dos sexquicuadraturas y una cuadratura. Esta configuración astrológica era un caudal dinámico de tensión añadida, canalizada en la lucha por los derechos de la mujer. El planeta Venus, símbolo por antonomasia de lo femenino, estaba en conjunción al MC: el objetivo a alcanzar. 


Pero para alcanzar dicho reto, era necesario el conocimiento y las leyes, representados por Júpiter, como planeta motor en la figura de aspectos cuadrangular, al estar en oposición a Plutón, reflejando el enfrentamiento y la reacción de aquellos sectores reacios a la consecución de los objetivos feministas. Esta oposición mostraba la profunda resistencia social a los cambios propuestos, añadiendo complejidad al proceso. En este sentido, Júpiter actuaba como una fuerza motivadora e impulsora frente a la obstinación del statu quo.


La cuadratura entre Venus y Urano, y la sexquicuadratura entre Venus y Plutón, ya nos habla de la rebeldía interna en su condición de mujer, para no someterse a los patrones de control machista imperantes en su época. Es evidente que la tensión era muy alta, al igual que el sufrimiento que padeció. Este conflicto interno reflejaba una resistencia constante a la opresión, manteniendo siempre su firmeza ante las adversidades sociales. Su lucha personal se proyectaba en una llamada al cambio social y político.


Y para ejercer toda esa lucha por la consecución del voto femenino en España, tenía una semicuadratura entre Júpiter y Urano: ciclo planetario inequívocamente explosivo y directo, a la par que resolutivo en sus objetivos. La combinación de estos dos planetas sugería la aplicación de urgencia en la legislatura constitutiva de la Segunda República para introducir el artículo constitucional donde las mujeres pudieran votar por primera vez en España por transformar las estructuras de poder, buscando la resolución rápida de obstáculos que se encontró ya que querían postergar dicha iniciativa histórica. Esta conexión indicaba la inminente necesidad de confrontar las viejas normas con unas renovadas perspectivas.


Es evidente que encarnó a la perfección los altos ideales que marcaban tan difícil reto en una sociedad dominada por los hombres, en la cual ella fue pionera. No es de extrañar que, para tan noble y exigente labor, tuviera que tener una configuración astrológica de esa notable envergadura. La magnitud de estos aspectos reflejaba su firme compromiso con una causa que requería una gran fortaleza personal. La lucha que emprendió no solo fue una lucha por los derechos, sino una batalla por la dignidad de cada mujer, madre e hija que durante siglos vivieron apartadas socialmente para decidir lo que querían hacer en sus respectivas vidas, sin la tutelas de los hombres.


En 1955, Clara Campoamor estableció su residencia en Lausana (Suiza), donde ejerció como abogada hasta perder la vista. El 30 de abril de 1972 falleció a causa de un cáncer. Dado que las autoridades franquistas no permitían trasladar su cuerpo a España, fue cremada; y sus cenizas fueron llevadas clandestinamente a nuestro país y posteriormente depositadas en el cementerio de Polloe, en San Sebastián (Guipúzcoa), donde permanecen en la actualidad en el panteón de la familia Monsó Riu, al ser Campoamor madrina de la familia. Este acto póstumo, cargado de simbolismo, refleja el profundo vínculo con su patria y la memoria de su contribución histórica. La discreción con la que se realizó este traslado también subraya las dificultades del tiempo en el que vivió.

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