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Febrero 2025   Edición nº: 32


Equinoccio

Carlos Morales | Barcelona | 22.09.2024 | 09:42 hrs. 


Introducción astronómica:

Equinoccio

de primavera y otoño

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El próximo domingo, día 22 de septiembre de 2024, a las 12:43 hrs., TUC* dará comienzo el otoño en el hemisferio norte e inicio de la primavera en los países o regiones situadas en el hemisferio sur. En este preciso instante, en el que la luz solar ilumina equitativamente ambos hemisferios, se produce el equinoccio de otoño. Este fenómeno marca un momento de equilibrio, donde la duración del día y la noche es prácticamente la misma en todo el planeta. A partir de este momento, el hemisferio norte experimentará días más cortos y noches más largas, con una progresiva bajada de las temperaturas, mientras que el hemisferio sur comenzará a disfrutar de días más largos y de un aumento progresivo de las temperaturas.


Como es bien sabido, las estaciones del año son el resultado de la inclinación del eje terrestre y su órbita alrededor del Sol. El eje de la Tierra está inclinado aproximadamente 23,5 grados con respecto a su órbita, lo que se conoce como la oblicuidad de la eclíptica. Esto implica que, a lo largo del año, distintas zonas del planeta reciben diferente cantidad de luz solar, o, en otras palabras, mayor o menor calor. En verano (solsticio de verano), el hemisferio inclinado hacia el Sol recibe más luz y calor, mientras que en invierno (solsticio de invierno), el hemisferio opuesto recibe menos radiación. Durante la primavera (equinoccio de primavera) y el (equinoccio de otoño), la inclinación del eje es tal que ambos hemisferios reciben una cantidad similar de luz solar, lo que provoca que las temperaturas en esas estaciones sean más agradables. 


A lo largo del año hay dos equinoccios: uno entre el 19, 20 y 21 de marzo, que marca la llegada de la primavera en el hemisferio norte o boreal y el comienzo del otoño en el hemisferio sur o austral; y otro, entre el 22, 23 o 24 de septiembre, que supone el inicio del otoño en el hemisferio norte y el comienzo de la primavera en el hemisferio sur.


El equinoccio de primavera tiene lugar cada año cuando el Sol cruza de sur a norte el punto de intersección entre el ecuador celeste y la eclíptica, llamado "primer punto de Aries" o "punto gamma". El equinoccio de otoño sucede cuando el astro rey pasa del hemisferio norte al hemisferio sur. Ese punto de intersección entre el ecuador celeste y la eclíptica se llama "primer punto de Libra".

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Estos dos períodos de tiempo se caracterizan por el hecho de que el Sol se sitúa en el plano del ecuador terrestre de tal modo que el día tiene una duración igual a la de la noche en todos los lugares del planeta Tierra situados en el ecuador o en las latitudes cercanas a este.


El inicio de la primavera es la época del año en que los días se alargan más: unos 3 minutos diarios. En términos aproximados, cada día el Sol sale un minuto y medio antes y se pone un minuto y medio más tarde que el día anterior. En cambio, cuando se inicia el otoño, sucede a la inversa: los días se acortan unos 3 minutos diarios, debido a que el Sol sale todos los días un minuto y medio más tarde y se pone un minuto y medio antes, acortándose con ello las horas de luz solar cada día.


El origen de la palabra equinoccio viene del latín, de la palabra aequinoctium; de la unión de dos vocablos: aequae noctis, que se traduce como "igual noche", en alusión al hecho astronómico de que en esos dos períodos del año el día tiene el mismo número de horas de luz que de oscuridad en la noche. Este fenómeno ocurre dos veces al año, en los equinoccios de primavera y otoño, cuando el eje de la Tierra no está inclinado ni hacia el sol ni alejado de él, lo que resulta en una distribución equilibrada de la luz solar en ambos hemisferios.


Además de su relevancia astronómica, los equinoccios han influido en diversas culturas y tradiciones a lo largo de la historia. Por ejemplo, muchas civilizaciones antiguas, como los mayas y los egipcios, celebraban rituales y festivales en torno a estos eventos, reflejando su importancia en la agricultura y la planificación del año. En Egipto, el equinoccio de primavera coincidía con el inicio de la inundación del Nilo, esencial para la fertilización de los campos. En la actualidad, el equinoccio de primavera se asocia con la renovación y el renacer de la naturaleza, mientras que el equinoccio de otoño se considera un tiempo de reflexión y gratitud por las cosechas. Además, el equinoccio de otoño marca el comienzo de la temporada de cosecha en muchas regiones, una época de preparación para el invierno y de celebración por la abundancia. 

 *Las horas de los diferentes eventos astronómicos corresponden al TUC o tiempo universal coordinado que se usa como hora estándar establecida en todo el planeta. Y es la zona horaria de referencia respecto a la cual se calculan todas las otras zonas del mundo

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