Por las víctimas mortales de las inundaciones acaecidas en España

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Noviembre 2024   Edición nº: 29


Gran riada en la provincia de Valencia 2024

Carlos Morales | Barcelona | 30.10.2024 | 21:01 hrs. 

Análisis astrológico:

Gran riada en la

provincia de Valencia 2024

Riadas

Las inundaciones provocadas por la DANA en octubre de 2024 en España, que se cebó especialmente en las poblaciones de la provincia de Valencia y que provocó centenares de víctimas mortales por las intensas lluvias que desbordaron ríos por la falta de una respuesta rápida y efectiva por parte de las autoridades, quienes, a pesar de las advertencias meteorológicas, no tomaron las medidas preventivas a tiempo. Esto dio paso al colapso de muchas de las infraestructuras y a la deficiente gestión de los recursos de emergencia, que agravaron la situación, afectando gravemente a comunidades enteras y poniendo en evidencia una alarmante falta de preparación para enfrentar desastres naturales de esta magnitud.


La gota fría, o depresión aislada en niveles altos (DANA), de 2024 en España fue uno de los desastres naturales más devastadores de las últimas décadas. Este fenómeno meteorológico provocó intensas inundaciones, especialmente en la zona del Levante, afectando principalmente a la Comunidad Valenciana, Andalucía y Castilla-La Mancha, siendo la provincia de Valencia la más afectada. En total, más de 200 personas perdieron la vida, y cientos resultaron heridas por la fuerza del temporal. Las lluvias torrenciales, junto con los desbordamientos de ríos y barrancos, causaron una destrucción sin precedentes.


Una de las situaciones más dramáticas fue el colapso del barranco del Poyo, en Valencia, que aumentó su caudal de manera descomunal, arrasando todo a su paso. Numerosos pueblos quedaron inundados, y cientos de viviendas fueron destruidas. La mayoría de las víctimas se encontraba en sus vehículos, ya sea porque circulaban por la carretera o intentaban salvar sus autos aparcados en parkings, que se convirtieron en ratoneras. Las infraestructuras básicas también quedaron gravemente afectadas, y la catástrofe dejó secuelas incalculables, tanto humanas como materiales.


Es incontestable que la gestión de las inundaciones en la provincia de Valencia dejó en evidencia graves carencias. A pesar de las alertas meteorológicas, las autoridades no implementaron medidas preventivas a tiempo, lo que permitió que la población quedara indefensa ante las intensas lluvias que desbordaron ríos, barrancos y rieras sin control, causando centenares de víctimas. La falta de preparación y el colapso de infraestructuras claves demostraron una incapacidad para afrontar desastres naturales de esta magnitud. Además, los recursos disponibles para la emergencia fueron insuficientes y mal gestionados, lo cual agravó aún más la situación para la población afectada.


Las autoridades, tanto comunitarias como nacionales, se vieron desbordadas por la magnitud del desastre: fue una pésima gestión. A pesar de la lenta respuesta inicial debido a los daños y dificultades logísticas, progresivamente se desplegaron efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME), Policía Nacional y Protección Civil. Sin embargo, muchas zonas quedaron incomunicadas por las inundaciones y los cortes de electricidad complicaron aún más las labores de rescate.


Los daños materiales fueron de una magnitud jamás vista en la región. En Valencia, alrededor de 155.000 personas se quedaron sin suministro eléctrico, y las infraestructuras de transporte, tanto por carretera como ferroviarias, quedaron severamente dañadas, lo que paralizó el transporte durante días. Miles de familias fueron desplazadas y la recuperación de la zona se prevé larga y costosa. Aunque las pérdidas económicas son difíciles de calcular, las estimaciones iniciales apuntan a miles de millones de euros.


A pesar de la tragedia, la respuesta ciudadana fue ejemplar. Vecinos y voluntarios se unieron rápidamente para colaborar con las autoridades en las tareas de rescate y limpieza. La solidaridad se hizo notar en las comunidades afectadas, donde cientos de personas ayudaron a retirar escombros, distribuir alimentos y ofrecer refugio a quienes lo perdieron todo. Esta colaboración permitió restablecer el orden en las zonas más golpeadas.


La magnitud de los daños provocados por esta gota fría requerirá un proceso de recuperación que podría extenderse por varios años. La reconstrucción de viviendas, la rehabilitación de infraestructuras y el apoyo psicológico a las víctimas son solo algunos de los desafíos que enfrentarán las comunidades afectadas. La experiencia vivida en 2024 resalta la vulnerabilidad de ciertas regiones ante fenómenos meteorológicos extremos y la importancia de mejorar la preparación y respuesta ante futuras catástrofes. La reconstrucción será ardua, pero la solidaridad demostrada es un reflejo de la capacidad del pueblo español para superar momentos de adversidad.

Gran riada de la provincia de Valencia 2024

ANÁLISIS ASTROLÓGICO:


Al observar el gráfico astrológico del Sistema Solar correspondiente al día de la tragedia ocurrida en la provincia de Valencia, la noche del 29 de octubre de 2024, se puede apreciar una destacada figura de aspectos en forma de cometa. Esta configuración astrológica, sumamente tensa, involucraba a los planetas Venus, Marte, Saturno y Plutón, quienes formaban entre sí una serie de aspectos complejos: dos semicuadraturas, dos sexquicuadraturas, una cuadratura y una oposición. Los aspectos en cuestión, por su naturaleza, denotan una gran intensidad energética y una disposición que no puede ser ignorada, ya que la configuración generada por estos planetas parece sobrecargada de potencial destructivo. La simetría precisa de esta estructura de aspectos parece un indicativo de un flujo energético que, lejos de ser armónico, se muestra descontrolado y caótico.


La simetría de la estructura de aspectos, especialmente la interacción entre los planetas involucrados, sugiere una potente tensión que parece fuera de control, lo que se traduce en un escenario impredecible y potencialmente devastador. Sabemos que los aspectos como las cuadraturas y las oposiciones, en particular, generan momentos de tensión extrema, crisis y conflictos difíciles de prever, mientras que las semicuadraturas y sexquicuadraturas añaden un nivel de irritación y frustración a la situación, amplificando los efectos destructivos. Esta combinación es especialmente significativa, ya que refleja patrones que, en la astrología mundial, están asociados con fenómenos impredecibles y trágicos.


A esto hay que añadir que se encuentran activos e integrados en esta figura de aspectos en forma de cometa los ciclos Marte-Saturno y Saturno-Plutón, que son ciclos planetarios conocidos con el nombre de periódico o recurrente, ya suelen estar presentes en las mayores riadas históricas con el mayor número de víctimas mortales en España. No es ninguna casualidad, ya que estos ciclos van aparejados o en sintonía recíproca con las DANAS o gotas frías, que han dejado una amplia mortandad en el país, como ya he puesto de manifiesto en el artículo de investigación astrológica sobre "Las 10 mayores riadas en la historia de España y sus ciclos planetarios", con el mayor número de fallecidos.


En el caso específico de la tragedia ocurrida en la provincia de Valencia, la destacada estructura de aspectos, formando una figura geométrica en forma de cometa, parece indicar que el evento estuvo marcado por una energía astrológica particularmente destructiva. La intensidad de los aspectos, combinada con los ciclos Marte-Saturno y Saturno-Plutón (Ciclos recurrentes), sugiere que este tipo de eventos, que ya han ocurrido en acontecimientos históricos pasados y similares, podría seguir ocurriendo bajo el ciclo planetario de configuraciones astrológicas similares a los eventos analizados. Es evidente que todos los sucesos históricos tienen aparejados determinados ciclos planetarios que se repiten una y otra vez: la naturaleza, en su conjunto, y el cosmos, en particular, siguen unos patrones cíclicos inherentes previamente establecidos desde la creación del Universo y que el hombre no debería ignorar, como hemos podido ver.

Nota: Los orbes o márgenes de tolerancia que aplicamos a cualquier de los aspectos es de 2º de arco como máximo. Se ha comprobado que con orbes  mucho más amplios, el aspecto o la distancia angular entre dos planetas pierde fuerza, viciando con ello los resultados de una seria y rigurosa investigación o análisis astrológico. 

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