Desde las vastas estepas de Eurasia, emerge la fascinante y tumultuosa historia de Rusia. Con sus raíces ancestrales en los pueblos eslavos, floreció en un poderoso estado medieval bajo los zares y la predominante iglesia ortodoxa. La dinastía Romanov dejó su huella, pero la Revolución de 1917 sacudió los cimientos del imperio, dando paso a la Unión Soviética liderada por figuras como Lenin y Stalin. El telón de acero cayó con el colapso soviético en 1991, y desde entonces, se ha enfrentado a desafíos y cambios significativos en su historia política, social y económica.
Rusia o la Federación Rusa, es un país transcontinental que abarca Europa del Este y el norte de Asia. Es el país más grande del mundo, abarcando una octava parte de la masa terrestre habitable. Tiene una población de 146 millones de personas, siendo la nación más poblada de Europa. Su capital es la ciudad federal de Moscú, sede del gobierno federal.
Es una república semipresidencial, en la que el presidente es el jefe del Estado, y el primer ministro es el jefe de gobierno, con una democracia representativa multipartidista. El presidente es elegido por voto popular por un período de seis años y no puede ser reelegido más de dos veces. A nivel administrativo es una federación de repúblicas asimétricas: según su constitución. La Federación Rusa está compuesta por 85 sujetos federales, donde Moscú dicta sus políticas esenciales.
Posee los mayores recursos energéticos del planeta, destacándose en la producción de petróleo, gas natural y carbón, lo que le confiere una posición estratégica en el suministro energético global. En el ámbito militar, cuenta con el tercer presupuesto militar más grande del mundo, lo que le permite mantener y modernizar sus fuerzas armadas de manera constante. Además, dispone del mayor arsenal de armas nucleares del planeta, lo que le otorga una capacidad de disuasión sin igual. Su ejército es considerado el segundo más poderoso de la Tierra, con capacidades avanzadas en tecnología militar, ciberdefensa y operaciones espaciales, posicionándose como una potencia militar global.
A lo largo de su historia, Rusia, ha ejercido una notable influencia en el mundo: primero, en la época del Imperio ruso; después, como el país dominante de la Unión Soviética (URSS) reconocida como una superpotencia; y, actualmente, como la Federación de Rusia, que se fundó en 1991, al disolverse la Unión Soviética, siendo reconocida como la heredera legal de la URSS.
Si nos adentramos y realizamos un análisis astrológico de todos y cada uno de los acontecimientos que se han dado desde la disolución de la Unión Soviética, cuando Boris Yeltsin inició su primer mandato como primer presidente de la actual Rusia, su nueva Constitución, el acceso al poder de Vladimir Putin, la presidencia de Medvedev, y la segunda etapa de la vuelta a la presidencia de Putin, nos encontramos con un destacado ciclo planetario: el ciclo entre los planetas Júpiter y Urano.
Desde que Boris Yeltsin llega a la presidencia de Rusia en 1991, aparece activo un biquintil entre Júpiter y Urano. En la nueva Constitución rusa, destaca un aspecto de 72º entre Júpiter y Urano. En 1999 llega Vladimir Putin a la presidencia de la mano de Yeltsin, donde se repite el mismo aspecto constitucional con los mismos actores planetarios. Luego viene el turno de Dmitri Medvédev en el 2008, como tercer presidente constitucional de Rusia, y, de nuevo, reaparece el recurrente ciclo Júpiter-Urano, en este caso en forma de sextil. Pero, en la segunda etapa del retorno de Vladimir Putin a la presidencia en el 2012, vuelve a estar presente el mismo ciclo planetario, pero esta vez en forma de semicuadratura.