El Tratado de Versalles de 1919, fue cualquier cosa, menos un tratado de paz. La Primera Guerra Mundial no acabó con el acuerdo pacífico de amistad entre vencedores y vencidos. Ese "acuerdo" fue fruto de la humillación e imposición en cada uno de sus términos a los alemanes, donde se consideró que eran los únicos responsables de la Gran Guerra, alimentando con ello, el odio y la revancha, siendo un tratado, pero, no de paz, ya que desde su firma se vislumbraba, tintes henchidos en un odio latente, para convertirse en la antesala de una nueva guerra, aletargada en un estado momentánea de hibernación, para despertar un día y continuar en su segunda etapa bélica, veinte años después, con el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
El tratado de paz firmado en la localidad francesa de Versalles de 1919 fue el acuerdo de paz que puso fin a la Primera Guerra Mundial, firmado entre las potencias vencedoras (principalmente Francia, el Reino Unido y Estados Unidos) y Alemania, la gran derrotada. El tratado fue firmado el 28 de junio de 1919 en el Palacio de Versalles, Francia. Este acuerdo fue un intento de crear un orden mundial estable, pero su contenido sembró las semillas de futuros conflictos.
El tratado impuso duras sanciones económicas, territoriales y militares a Alemania, que se consideró la principal responsable del conflicto. A nivel territorial, Alemania perdió sus colonias, y territorios clave en Europa como Alsacia y Lorena, que volvieron a Francia. Además, se le prohibió tener un ejército de más de 100.000 soldados y se le exigió el pago de elevadas reparaciones de guerra a los países vencedores.
Uno de los puntos clave del Tratado fue la creación de la Sociedad de Naciones, un organismo internacional que buscaba garantizar la paz mundial a través de la diplomacia y la cooperación entre los países. Sin embargo, esta institución fue incapaz de prevenir nuevos conflictos, en parte porque países como Estados Unidos no se unieron a ella.
El acuerdo fue muy mal recibido en Alemania, que lo consideraba una “paz punitiva” y humillante. Las duras condiciones impuestas generaron un fuerte resentimiento en la población alemana, que, a lo largo de los años 20 y 30, fue aprovechado por movimientos políticos extremistas como el Partido Nazi de Adolf Hitler. Este sentimiento de humillación y las dificultades económicas, agravadas por la Gran Depresión, facilitaron el ascenso de Hitler al poder y la expansión de ideas revanchistas que condujeron a la Segunda Guerra Mundial.
A pesar de los esfuerzos por crear un marco de paz duradero, el Tratado de Versalles es considerado uno de los factores que contribuyeron al estallido de la Segunda Guerra Mundial apenas dos décadas después, al no lograr una paz equilibrada ni justa para todas las partes involucradas, particularmente para Alemania.