El 4 de abril de 1968, un disparo silenció una de las voces más influyentes en la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos. Martin Luther King Jr. cayó en el balcón del motel Lorraine, en Memphis. Habían matado al hombre que reivindicó igualdad de condiciones para una minoría de ciudadanos que eran marginados y humillados por el color de su piel. Su muerte no solo generó indignación, sino que también provocó protestas y disturbios en varias ciudades, reflejando la tensión racial que aún dividía a la nación. A pesar de los esfuerzos por acallar su voz, su mensaje sigue hoy muy presente, recordando aquella frase memorable: "Yo tengo un sueño...". La historia de su muerte sigue generando preguntas y teorías, manteniendo vivo el debate sobre lo que realmente ocurrió aquella tarde en Memphis, y quienes estuvieron detrás de su asesinato.
Martin Luther King llegó al Lorraine Motel en Memphis, Tennessee, el jueves 4 de abril de 1968, donde se hospedaba junto a otros líderes del movimiento por los derechos civiles. Su presencia en la ciudad tenía un propósito claro: apoyar a los trabajadores sanitarios afroamericanos en huelga, quienes exigían mejores condiciones laborales y salariales. La tensión social en el país era palpable, y King había recibido múltiples amenazas en los meses previos, pero dichas presiones nunca doblegaron a este hombre.
Esa tarde, después de varias reuniones y una conversación con sus colaboradores, King salió al balcón de la habitación 306 del motel. A las 18:01 horas, un disparo lo alcanzó en la mandíbula y la columna vertebral, haciéndolo colapsar de inmediato. Sus compañeros corrieron a auxiliarlo mientras señalaban en dirección a un edificio cercano, desde donde se creía que había salido el disparo. Fue trasladado de urgencia al Hospital St. Joseph, donde los médicos intentaron salvar su vida sin éxito. A las 19:05, fue declarado muerto.
La noticia recorrió el país en cuestión de minutos, generando conmoción y una ola de disturbios en más de cien ciudades. La indignación creció rápidamente, y el presidente Lyndon B. Johnson hizo un llamado a la calma mientras se desplegaban tropas de la Guardia Nacional para contener la situación en distintas localidades.
Las autoridades iniciaron una investigación que llevó a la identificación de James Earl Ray como principal sospechoso. Ray, un delincuente con antecedentes por robos y fugas de prisión, había estado en Memphis y se comprobó que había adquirido un rifle Remington 760, similar al utilizado en el asesinato. Se encontró un paquete cerca de la pensión donde se alojaba, que contenía el arma con sus huellas dactilares, ropa y otros objetos que lo vinculaban con el crimen.
Ray logró escapar del país y permaneció prófugo durante dos meses, hasta que fue capturado en el aeropuerto de Londres-Heathrow cuando intentaba viajar con un pasaporte falso. Extraditado a Estados Unidos, aceptó un acuerdo con la fiscalía y se declaró culpable en 1969 para evitar la pena de muerte, siendo condenado a 99 años de prisión. Posteriormente, intentó retractarse, afirmando que había sido manipulado y que existía una conspiración mayor detrás del asesinato, pero sus intentos por obtener un nuevo juicio fueron rechazados.
A lo largo de los años, la muerte de King ha sido objeto de diversas teorías sobre la posible implicación de grupos de poder, agencias gubernamentales o incluso sectores del crimen organizado. Sin embargo, la versión oficial sostiene que Ray actuó solo, motivado por su resentimiento racial y la posibilidad de obtener una recompensa económica.
El asesinato de Martin Luther King Jr. dejó a la nación en un estado de conmoción y descontento, reflejando las tensiones raciales y sociales de la época. A pesar de los esfuerzos por esclarecer los hechos, el debate sobre lo que realmente ocurrió sigue presente en ciertos sectores, alimentado por las dudas y las contradicciones surgidas a lo largo del tiempo.
El asesinato de Martin Luther King Jr.: un acontecimiento que estremeció a Estados Unidos
El 4 de abril de 1968, Martin Luther King Jr. llegó al Lorraine Motel en Memphis, Tennessee, acompañado por figuras clave del movimiento por los derechos civiles. Su presencia en la ciudad respondía a su respaldo a los trabajadores sanitarios afroamericanos en huelga, quienes exigían mejoras en sus condiciones laborales. En los meses previos, King había recibido múltiples amenazas de muerte, reflejo de la creciente tensión social y política en Estados Unidos.
El ataque mortal
Esa tarde, tras reuniones con sus colaboradores, King salió al balcón de la habitación 306 del motel. A las 18:01 horas, un disparo lo alcanzó en la mandíbula y la columna vertebral, provocando su colapso inmediato. Testigos apuntaron a un edificio cercano como el posible origen del disparo. Fue trasladado al Hospital St. Joseph, donde los médicos intentaron reanimarlo sin éxito. A las 19:05 horas, se declaró oficialmente su fallecimiento.
Reacción nacional y disturbios
La noticia de su asesinato desató una ola de indignación en todo el país, con disturbios y protestas en más de cien ciudades. La magnitud del descontento llevó al presidente Lyndon B. Johnson a pedir calma a la población, mientras la Guardia Nacional era desplegada en múltiples estados para contener los brotes de violencia.
La investigación y captura del sospechoso
Las autoridades identificaron a James Earl Ray como el principal sospechoso. Con antecedentes criminales por robos y fugas, Ray había adquirido un rifle Remington 760, el mismo tipo de arma utilizada en el crimen. En un callejón cercano a su alojamiento, se halló un paquete con dicho rifle, ropa y otros objetos con sus huellas dactilares.
Ray logró huir del país y permaneció prófugo durante dos meses, hasta que fue detenido en el aeropuerto de Londres-Heathrow con documentación falsa. Extraditado a Estados Unidos, aceptó un acuerdo de culpabilidad en 1969 para evitar la pena de muerte y fue condenado a 99 años de prisión. Años después intentó retractarse, alegando que había sido manipulado y que el asesinato respondía a una conspiración mayor, pero sus apelaciones fueron rechazadas.
Las teorías en torno al crimen
Desde el inicio, el asesinato de King ha sido objeto de diversas teorías, algunas de las cuales sugieren la participación de agencias de inteligencia, el crimen organizado o grupos racistas con apoyo estatal. Sin embargo, la versión oficial sostiene que Ray actuó solo, motivado por su resentimiento racial y el deseo de obtener una recompensa monetaria.
Consecuencias y debate actual
La muerte de Martin Luther King Jr. exacerbó las tensiones raciales en Estados Unidos, evidenciando las fracturas estructurales de la sociedad. A pesar de los esfuerzos por esclarecer el crimen, persisten dudas y cuestionamientos sobre lo ocurrido, lo que ha mantenido el debate abierto hasta el día de hoy.